Esta entrada huele a verano ¿verdad?, pues es cierto, esta receta la hice la temporada pasada,cuando los bonitos estaban ricos y a buen precio, pero como es la primera vez que lo hago de esta forma y recomendaban esperar unos meses para que macere el bonito en el tarro y quede más sabroso, pues no me atreví a escribirla sin probar antes cómo me había quedado.
Y el momento ha llegado, he abierto un frasco y os diré que está perfecto, riquísimo, nada que ver con las conservas del supermercado. A partir de ahora esta será mi forma de conservar el bonito, yo antes lo cocía primero y era un lío, pero ahora es sencillo, limpio y queda estupendo.
Pongo la elaboración de cómo lo he hecho yo, pero la receta con el paso a paso, podéis verla en Salseando en la cocina, un blog muy completo que no debéis perderos.
Ingredientes:
Bonito
Aceite
Sal
Elaboración:
Lo primero será hacernos con unos botes de cristal, en mi opinión no deben ser muy grandes, creo que es más práctico y los esterilizamos hirviéndolos en una olla durante 30 minutos. Sacamos del agua, los colocamos sobre un trapo de cocina y reservamos.
Le pedimos al pescadero que nos trocee y nos quite la piel y la espina central, de esta forma tenemos unos preciosos y limpios lomos de bonito.
Salamos el pescado como para cocinarlo, ni más ni menos, pero también se puede prescindir de este paso.
Tomamos un bote de cristal y añadimos como un dedo de aceite, esto es para que cuando incorporemos el bonito, el aceite se encargue de "rellenar los huecos" y así impedir que quede nada de aire entre los trozos.
Vamos introduciendo los lomos hasta ocupar el volumen del tarro, si nos quedase algún hueco lo rellenamos con algún trocito, pero nunca llegaremos hasta el borde, hay que dejar como un dedo de aire para que haga bien el vacío.
He usado un buen aceite de girasol como indica la receta original, aunque hice la prueba con un tarro y le puse aceite de oliva.
Ponemos las tapas, cerramos bien y los colocamos en una olla a la que previamente habremos puesto un trapo en la base, esto es para que no se golpeen al hervir. Añadimos agua hasta cubrir sobradamente los botes y dejamos cocer durante 45 minutos. Apagamos el fuego y dejamos que enfríen dentro de la olla.
Una vez fríos, volvemos a apretar un poco más si podemos las tapas, para asegurarnos que están perfectamente cerrados.
Ahora viene la parte más difícil, la espera, pues es recomendable dejar el bonito en maceración durante dos o tres meses en un lugar fresco y oscuro o en su defecto en la nevera.
Sólo deciros que merece la pena, no es tanto el esfuerzo para la recompensa de comer un bonito totalmente natural.
... y transcurrido el tiempo de espera, llegó el momento, ¡del tarro al plato!
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