Me encanta la bechamel, así que todo lo que esté envuelto en ella me vuelve loca.
Hoy he hecho unas pechugas, y cuando me pongo a ello hago bastantes y las congelo y la verdad que viene muy bien tenerlas preparadas para esos días que no tienes ganas de cocinar.
Ingredientes:
1 chalota
150 gr mantequilla
150 gr de harina
1 litro de leche
Sal y pimienta
Nuez moscada
16 filetes de pechuga de pollo
Harina, huevo y pan rallado para rebozar
Aceite para freír
Elaboración:
Salpintemantos las pechugas.
Para la salsa bechamel:
Me gusta añadir una chalota picada muy finita pues le da un sabor muy rico a la bechamel, así que ponemos la mantequilla en la sartén e incorporamos la chalota, damos unas vueltas, rehogamos la harina y cuando coja color, añadimos la leche caliente y dejamos cocer sin dejar de remover con una cuchara de madera.
Sazonamos con sal, pimienta y nuez moscada. Debe quedar una bechamel cremosa y algo espesa.
Pasamos las pechugas por la bechamel y las vamos colocando sobre una bandeja que habremos untado con un poco de aceite para que no se peguen.
Dejamos enfriar totalmente.
Para rebozarlas las pasamos por harina, huevo y pan rallado.
Freimos en abundante aceite caliente y escurrimos sobre papel absorbente.
Si no las vamos a consumir en el día, podemos rebozarlas la víspera y freirlas en el momento de la comida, así quedarán bien crujientes.
Otra opción es como digo, congelarlas ya rebozadas.
¡Buen provecho!
Dificultad:
150 gr de harina
1 litro de leche
Sal y pimienta
Nuez moscada
16 filetes de pechuga de pollo
Harina, huevo y pan rallado para rebozar
Aceite para freír
Elaboración:
Salpintemantos las pechugas.
Para la salsa bechamel:
Me gusta añadir una chalota picada muy finita pues le da un sabor muy rico a la bechamel, así que ponemos la mantequilla en la sartén e incorporamos la chalota, damos unas vueltas, rehogamos la harina y cuando coja color, añadimos la leche caliente y dejamos cocer sin dejar de remover con una cuchara de madera.
Sazonamos con sal, pimienta y nuez moscada. Debe quedar una bechamel cremosa y algo espesa.
Pasamos las pechugas por la bechamel y las vamos colocando sobre una bandeja que habremos untado con un poco de aceite para que no se peguen.
Dejamos enfriar totalmente.
Para rebozarlas las pasamos por harina, huevo y pan rallado.
Freimos en abundante aceite caliente y escurrimos sobre papel absorbente.
Aquí las tenemos en las tres versiones: sin rebozar, rebozadas y súper crujientes. |
Si no las vamos a consumir en el día, podemos rebozarlas la víspera y freirlas en el momento de la comida, así quedarán bien crujientes.
Otra opción es como digo, congelarlas ya rebozadas.
¡Buen provecho!
Dificultad:
0 comentarios :
Publicar un comentario
Estaré encantada de recibir tu comentario: