El cupcake se ha puesto de moda últimamente y como todo en esta vida tiene defensores y detractores, a mi me encanta hacerlos, disfruto muchísimo con los preparativos, buscando una cajita adecuada, hacer las fotos, en fin toda la parafernalia que llevan consigo.
Os pongo un resumen de lo que en mi opinión es un cupcake...
Es un pastelito muy rico que se compone de tres partes:
Base:
El cuerpo del cupcake es un bizcocho muy jugoso. Puede ser de diferentes sabores: vainilla, chocolate negro, tarta de Santiago, naranja, zanahoria, coco y tantos como nos permita la imaginación.
Frosting:
Es una crema de mantequilla a la que se añaden diferentes ingredientes, todos naturales, que aportan mucho sabor y color. Pueden ser entre otros: Chocolate en sus tres versiones, blanco, negro y con leche, crema de turrón, nesquik de fresa, moka, caramelo y un largo etc.
Topping:
Son los adornos con los que se termina el cupcake.
Depende en gran medida de a qué o a quién va dedicado, una fiesta infantil, una boda, Navidad, Halloween, siempre utilizaremos un topping que vaya acorde con la celebración y por supuesto será comestible.
En definitiva, el resultado es un bocado original, muy vistoso y en mi caso hecho con mucho, mucho cariño.
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